En el altar mayor de nuestra venerable parroquia de San Gonzalo, ha sido entronizado con suma reverencia Nuestro Padre Jesús en Su Soberano Poder, elevado sobre un majestuoso altar efímero. Con manos diligentes y corazones fervorosos, la priostía ha erigido un aparato de cultos de excelsa belleza, que exalta la dignidad de este santo recinto durante los días sacros del Quinario, los cuales hallarán su culminación en la solemnísima Función Principal de Instituto, a celebrarse en la mañana del primer domingo de Cuaresma.
Sobre la estructura de gradas, revestida de frentes dorados, reposa la sagrada imagen del Señor, asentada sobre la antigua peana de metal plateado del palio. Ataviado con una túnica morada de rico bordado, obra de Mariano Martín Santonja en el año 2011, según diseño de Francisco Javier Sánchez de los Reyes, el Señor se alza en medio de un bosque de candeleros que, con su cera roja, arden como ofrenda viva. En el nivel inferior, las jarras y el manifestador custodian una imagen de tamaño académico de San Vicente de Paúl, fundador de la Congregación de la Misión, en memoria del cuarto centenario de su fundación, símbolo de caridad y entrega. Cobijado por un imponente dosel de terciopelo, sostenido por molduras de madera dorada tallada, Nuestro Padre Jesús en Su Soberano Poder preside este escenario de oración y recogimiento.
La magnificencia y el esplendor de cada elemento que conforma este altar han sido forjados con el esfuerzo abnegado, la devoción inquebrantable y el celo piadoso de quienes, en humilde servicio, han querido rendir homenaje al Altísimo. Así, este culto se erige como un medio sublime para acercarnos al Señor, convocándonos a la introspección y al arrepentimiento, y exhortándonos con fervor a recibir el Sacramento de la Reconciliación en este tiempo de gracia.
Fotografías: NHD Jesús López Romero y Rvdo. Padre D. Juan José González González