Era un Lunes Santo radiante de luz, 4 de abril del año 1955, y al fin, después de muchos años de tesón y esfuerzo, la Hermandad de San Gonzalo, los feligreses de su parroquia y todo el Barrio León y Triana entera veían a Nuestra Señora de la Salud bajo un modestísimo palio blanco procesionar por las calles de Sevilla. En aquella ocasión, la Virgen lucía sobre sus sienes una corona procedente de nuestra querida Hermandad del Baratillo, mientras que los respiraderos fueron los de la también muy querida Hermandad de la Estrella, los cuales lució su dolorosa justo el día anterior. Ojalá pudiésemos haber celebrado este sexagésimo quinto aniversario con Ella durante la estación de penitencia. Sin embargo, demos gracias al Soberano Poder de Dios por estos sesenta y cinco años y que sean muchos más, y con nuestra cofradía recorriendo la ciudad camino de la Santa Iglesia Catedral.